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Últimamente me estoy encontrando con muchos clientes que acaban de firmar un convenio regulador de un divorcio y, pocos meses después de firmarlo, comprueban que no pueden cumplir lo que han acordado o que lo que han acordado les perjudica.
Como ya os comenté, es importante pensárselo bien antes de firmar el convenio, asesorarse debidamente y estar plenamente convencido de que lo que se firma es lo correcto. Evidentemente, para llegar a un acuerdo tendremos que ceder en algunos aspectos y el otro también tendrá que ceder en sus peticiones, pero debemos tener claro que, cuando hay hijos por medio, vamos a poder cumplir lo que pactemos no sólo en ese momento sino también a medio y largo plazo.
Ya he comentado otras veces que para que se pueda cambiar lo firmado en un convenio regulador de divorcio es necesario que se haya producido una modificación sustancial de las circunstancias como requisito previo y, si no han cambiado de modo importante las circunstancias, el juez ni siquiera entrará a valorar nuestra petición de cambiar ciertas cosas.
Me encuentro con clientes que han acordado la custodia compartida y ahora no pueden llevarla a cabo porque no tienen apoyo familiar o tienen a sus familiares lejos.
Me encuentro con gente que ha firmado un régimen de visitas que no puede cumplir porque trabaja en el horario que ha pactado con el otro progenitor, por lo que si no hay buena voluntad para cambiar los días de visitas se queda sin ver a sus hijos.
Me encuentro con personas que han firmado unas pensiones de alimentos que no pueden asumir.
Y me encuentro también con clientes que, además de la pensión de alimentos, se han comprometido a pagar ciertos gastos y, cuando se ponen a sumar, se dan cuenta de que con el sueldo que tienen no llegan a todo ello.
Otros echan en falta ciertas cosas que no se pusieron en el convenio regulador, como las horas de recogida y entrega de los niños, cuándo pueden llamar a sus hijos, si pueden estar con ellos en su cumpleaños, día del padre o de la madre, etc
Entiendo que cuando uno está negociando un convenio regulador de un divorcio lo que quiere es terminar cuanto antes y seguir con su vida, pero al convenio hay que dedicarle tiempo. El convenio debe ser realizado para que dure el máximo tiempo posible y no para tener que acudir al juzgado dos meses después a tratar de rectificar lo que hemos acordado.
Evidentemente, la vida familiar cambiará, los hijos crecerán, tal vez uno de los progenitores se quede en paro o tal vez tenga nuevos hijos con una nueva pareja, es posible que uno de ellos cambie su jornada laboral o que el otro se incorpore al mercado laboral y todo ello implique una modificación del acuerdo, pero si podemos intentar firmar algo estable en el tiempo, mejor que mejor. Ese debería ser nuestro propósito. Las prisas no son buenas consejeras.
Así que, antes de firmar un convenio, haz cuentas y comprueba que puedes abonar lo que asumes, que puedes llevar a cabo la custodia que has acordado con tu ex pareja y que puedes cumplir las visitas que suscribes. Piensa cómo va a ser tu día a día tras el divorcio, con qué apoyos puedes contar y analízalo con detalle para no llevarte sorpresas después de firmado el convenio.
